La entomología forense es un campo de la
ciencia forense que estudia la interacción entre los insectos y la muerte. El estudio se preocupa principalmente por el uso de los insectos que infestan los cadáveres para estimar el tiempo de muerte, o intervalo postmortem (IPM). La entomología forense es particularmente útil en casos donde la causa de la muerte es desconocida, o donde el cuerpo ha sido enterrado o escondido.
El estudio de los insectos y el intervalo postmortem ha sido documentado durante siglos, desde la antigua China y Egipto. Sin embargo, el primer uso documentado de la entomología forense en una investigación criminal moderna data de mediados del siglo XIX en Francia. Desde entonces, la entomología forense se ha convertido en una rama establecida de la
ciencia forense.
El proceso de la entomología forense implica la recolección y clasificación de insectos encontrados en o cerca de un cuerpo. Los insectos pueden ser utilizados para determinar el tiempo de muerte mediante el análisis del estado de desarrollo de los insectos. Diferentes especies de insectos están asociadas con diferentes etapas de descomposición, lo que hace posible estimar el tiempo de muerte en función del tipo y número de insectos encontrados.
Los entomólogos forenses también analizan otros factores, como la temperatura, la humedad y la exposición a la luz solar, para obtener una estimación más precisa del tiempo de muerte. También analizan la presencia de drogas, venenos y otros factores que podrían haber influido en el comportamiento de los insectos.
La entomología forense se utiliza principalmente en investigaciones criminales, pero también tiene aplicaciones en casos civiles, biología de la vida silvestre e investigación médica. En investigaciones criminales, la entomología forense puede proporcionar pruebas cruciales en casos donde se cuestiona el momento de la muerte.
En general, la entomología forense es un área importante y fascinante de la
ciencia forense que ha contribuido significativamente a la capacidad del campo para proporcionar pruebas cruciales en investigaciones criminales. Su uso en la sala del tribunal continúa expandiéndose a medida que se realizan nuevas investigaciones y avances, convirtiéndola en una herramienta esencial para los
científicos forenses e investigadores por igual.