En el contexto de la destilación, el corte se refiere al proceso de eliminar selectivamente ciertas porciones del destilado para crear el producto final deseado. Este proceso implica separar la
mezcla líquida inicial en diferentes fracciones basadas en sus puntos de ebullición y composición química.
La primera porción del destilado, conocida como las Cabezas, contiene altos niveles de compuestos volátiles como metanol y acetona, que son indeseables en el producto final debido a sus sabores fuertes y efectos potencialmente dañinos. La última porción, conocida como las Colas, contiene compuestos más pesados y menos deseables como los aceites fusel que pueden contribuir a sabores y aromas desagradables.
El objetivo del corte es aislar la fracción deseada en el medio del proceso de destilación, conocida como el Corazón. Esta fracción típicamente tiene el contenido de alcohol más alto, así como el equilibrio más deseable de sabores y aromas.
El proceso de corte se realiza generalmente monitoreando cuidadosamente la temperatura y el volumen del destilado mientras se recoge, y haciendo ajustes según sea necesario para asegurarse de que solo se capturen los Corazones. Esto requiere habilidad y experiencia por parte del
destilador, así como una atención cuidadosa a los detalles para mantener la consistencia de lote en lote.
En general, el corte es un paso crítico en el proceso de destilación que permite a los
destiladores crear licores sabrosos y de alta calidad que satisfacen las necesidades y gustos específicos de sus clientes.