La
fermentación es un proceso esencial que ocurre en varias industrias, incluyendo la
elaboración de cerveza. En la
elaboración de cerveza, la
fermentación es el proceso por el cual la levadura convierte el azúcar en alcohol y dióxido de carbono. La levadura se introduce en la solución durante el proceso de elaboración de la cerveza, comúnmente conocido como mosto. Durante la
fermentación, la levadura consume los azúcares del mosto y produce dos compuestos principales: etanol, o alcohol, y dióxido de carbono.
Hay dos tipos principales de
fermentación utilizados en la
elaboración de cerveza: aeróbica y anaeróbica. La
fermentación aeróbica ocurre cuando la levadura está expuesta al oxígeno. La levadura consume el oxígeno y produce varios compuestos, incluyendo acetaldehído, ácido acético y ésteres. Si bien estos compuestos pueden agregar sabores y aromas únicos a la cerveza, generalmente se consideran indeseables en grandes cantidades. La
fermentación anaeróbica, por otro lado, ocurre en ausencia de oxígeno y es el método de
fermentación principal utilizado en la producción de cerveza.
Durante la
fermentación anaeróbica, la levadura consume los azúcares del mosto y produce alcohol y dióxido de carbono. El proceso tarda varios días en completarse, pero la duración exacta depende de varios factores, incluyendo la temperatura del recipiente de
fermentación, la cepa específica de levadura utilizada y el contenido de azúcar del mosto. Los
cerveceros suelen monitorear cuidadosamente la temperatura y otras variables para asegurarse de que el proceso de
fermentación esté avanzando correctamente.
Una característica notable de la
fermentación en la
elaboración de cerveza es que puede ocurrir en sistemas abiertos o cerrados. Un sistema de
fermentación abierto es exactamente lo que parece; el mosto se fermenta en un recipiente abierto y la levadura puede interactuar con el aire. Los sistemas de
fermentación cerrados, por otro lado, implican fermentar el mosto en un recipiente sellado, lo que efectivamente aísla la levadura del ambiente exterior. Los sistemas cerrados generalmente resultan en una cerveza más limpia y crujiente, ya que hay menos oportunidad de contaminación u oxidación.
En general, la
fermentación juega un papel integral en la producción de cerveza y es responsable de muchos de los sabores y aromas únicos y complejos que asociamos con diferentes estilos de cerveza. Sin la levadura y la
fermentación, la cerveza no existiría en su forma actual y la industria cervecera tal como la conocemos hoy se vería muy diferente.