La filtración en la
elaboración de cerveza se refiere al proceso de separar las partículas sólidas del líquido para clarificar y mejorar la calidad de la cerveza. Durante el proceso de elaboración, los granos malteados se remojan en agua caliente para extraer los azúcares fermentables. El líquido resultante, conocido como mosto, se hierve con lúpulo para agregar sabor y amargor a la cerveza.
Después de
hervir, el mosto se enfría y se transfiere a un recipiente de fermentación donde se agrega levadura para convertir los azúcares en alcohol y dióxido de carbono. Durante este proceso, las células de levadura consumen los azúcares y crean una capa de sedimento en el fondo del recipiente que puede afectar el sabor y la claridad de la cerveza.
La filtración se utiliza para eliminar este sedimento y otras partículas no deseadas de la cerveza antes de que se empaquete y se venda. El proceso de filtración generalmente implica pasar la cerveza a través de una serie de filtros de porosidad variable, que atrapan las partículas no deseadas y permiten que el líquido claro pase a través.
Existen varios tipos de métodos de filtración utilizados en la
elaboración de cerveza, incluyendo la filtración mecánica, centrífuga y de membrana. La filtración mecánica implica pasar la cerveza a través de un filtro hecho de materiales como tierra de diatomeas o carbón activado. La filtración centrífuga utiliza la fuerza centrífuga para separar los sólidos del líquido. La filtración de membrana, por otro lado, utiliza una serie de membranas ultrafinas para separar los sólidos del líquido.
La filtración es un paso importante en el proceso de
elaboración de cerveza, ya que puede afectar en gran medida la claridad, el sabor y la calidad general de la cerveza. La cerveza clara y limpia generalmente es más estéticamente agradable y puede ser vista como un indicador de calidad, ya que muestra que el
cervecero ha tomado medidas para eliminar cualquier impureza no deseada de la cerveza. Sin embargo, algunos maestros
cerveceros prefieren dejar su cerveza sin filtrar para retener ciertos sabores y aromas, lo que resulta en una apariencia turbia o nublada.