En
fotografía, el enfoque se refiere al proceso de ajustar la
lente de una
cámara para lograr una imagen nítida y clara del sujeto. Las
cámaras modernas utilizan sistemas de enfoque automático diseñados para enfocar rápidamente y con precisión en el sujeto, pero aprender a enfocar manualmente puede ser una habilidad importante que los
fotógrafos deben dominar.
Hay varios factores a considerar al enfocar una
cámara. El más importante es la distancia entre la
cámara y el sujeto, ya que esto determina la profundidad de campo o el rango de distancias que aparecerán en un enfoque nítido. En general, cuanto más cerca esté el sujeto de la
cámara, más superficial será la profundidad de campo.
La apertura de la
lente también afecta la profundidad de campo. Una apertura más pequeña (o un número f más grande) dará como resultado una mayor profundidad de campo, mientras que una apertura más grande (o un número f más pequeño) permitirá una profundidad de campo más superficial. Esto puede ser útil para crear un fondo borroso (conocido como bokeh) y aislar el sujeto.
Cuando se enfoca manualmente una
lente, los
fotógrafos deben ajustar cuidadosamente el anillo de enfoque hasta que la parte deseada de la imagen aparezca nítida en el visor o en la pantalla LCD de la
cámara. Algunas
cámaras también tienen enfoque de pico, una herramienta que resalta las áreas enfocadas mientras se ajustan, lo que facilita lograr un enfoque preciso.
El enfoque es especialmente importante en situaciones de poca luz, donde el sistema de enfoque automático de la
cámara puede tener dificultades para encontrar el sujeto. En estos casos, enfocar manualmente con la ayuda de herramientas de asistencia de enfoque, como una linterna, puede ser útil.
En general, dominar el arte del enfoque puede mejorar enormemente la calidad e impacto de una
fotografía, permitiendo al
fotógrafo crear imágenes nítidas y claras y controlar la profundidad de campo para crear efectos artísticos.