Cuando se trata de la
instalación de pisos, la colocación del contrapiso es un paso crucial en el proceso. Esta capa sirve como barrera protectora entre el suelo y el piso terminado, ayudando a prevenir daños, absorber el sonido y proporcionar aislamiento.
El contrapiso puede venir en una variedad de formas, incluyendo espuma, corcho, goma o fieltro, y puede ser pre-cortado para adaptarse a tipos específicos de pisos, o cortado a medida en el sitio. El tipo de contrapiso elegido dependerá del tipo de piso que se esté instalando, así como del material y la condición del suelo.
Antes de colocar el contrapiso, es importante limpiar y preparar a fondo la superficie del suelo para asegurar una base suave y nivelada para el piso terminado. Cualquier parche desigual o grieta debe ser llenado y lijado para evitar protuberancias o bultos en la superficie del piso terminado.
Una vez que el suelo está preparado, el contrapiso se puede desenrollar y colocar sobre toda el área, dejando un pequeño espacio a lo largo de los bordes para permitir la expansión y contracción. El contrapiso debe ser asegurado en su lugar con adhesivo o cinta, asegurándose de que no haya arrugas o huecos.
Después de que el contrapiso esté instalado correctamente, la
instalación del piso puede comenzar. En algunos casos, el contrapiso también puede servir como barrera de humedad, protegiendo el piso terminado de la humedad y el daño por humedad.
En resumen, la colocación del contrapiso es un paso esencial en la
instalación de pisos, sirviendo como capa protectora y aislante entre el suelo y el piso terminado. La preparación y la
instalación adecuadas del contrapiso pueden garantizar un piso terminado suave, nivelado y duradero.