Mampostería es un oficio especializado que implica la
colocación de ladrillos y otros materiales de
albañilería para construir paredes, chimeneas y otras estructuras. Una persona que se especializa en este oficio se conoce como aparejador.
El proceso de mampostería implica elegir el tipo y tamaño adecuados de ladrillo, mezclar mortero, colocar los ladrillos según un patrón o diseño y utilizar herramientas especiales para garantizar una estructura
nivelada y estable. El trabajo de un aparejador requiere un ojo agudo para el detalle y una comprensión sólida de los principios de construcción, incluyendo cómo unir y colocar correctamente los ladrillos para soportar una capacidad de carga particular.
Además de colocar ladrillos, los aparejadores también reparan y reemplazan materiales de
albañilería dañados o desgastados, realizan sellado y apuntalamiento de juntas e instalan trabajos decorativos de
albañilería, como arcos y almenas.
Para convertirse en aparejador, uno típicamente se somete a un programa formal de aprendizaje, que implica una combinación de instrucción en el aula y entrenamiento práctico bajo la guía de profesionales experimentados. Los aprendizajes suelen durar entre tres y cuatro años y cubren temas como la lectura de planos, los procedimientos de seguridad y varias técnicas para colocar y unir ladrillos.
En general, la mampostería es una parte crucial de la industria de la construcción y requiere un conjunto de habilidades especializado y atención al detalle. Ya sea construyendo una nueva casa o reparando y manteniendo una estructura existente, los aparejadores desempeñan un papel crítico en garantizar la longevidad y seguridad de la construcción basada en la mampostería.