El mantillo es una práctica esencial en el
paisajismo que consiste en cubrir el suelo alrededor de las plantas, arbustos o árboles con una capa de materiales orgánicos o inorgánicos para mejorar la salud y apariencia del paisaje.
En el mantillo orgánico, se pueden utilizar materiales como hojas, recortes de césped, astillas de madera, paja o corteza triturada para crear una capa protectora natural en el suelo. Estos materiales se descomponen con el tiempo, agregando nutrientes esenciales al suelo y mejorando su estructura. El mantillo orgánico también ayuda a retener la humedad del suelo, regular la temperatura y reducir el crecimiento de malezas.
El mantillo inorgánico es otra opción, utilizando materiales como rocas, grava o plástico. Si bien los mantillos inorgánicos no agregan nutrientes al suelo ni mejoran su estructura, aún retienen la humedad y evitan el crecimiento de malezas.
El mantillo es una excelente manera de proteger el suelo y las plantas de los elementos climáticos adversos. Esto ayuda a controlar la temperatura, reducir la evaporación del agua e inhibir la erosión del suelo. El mantillo también ayuda a suprimir el crecimiento de malezas, que pueden competir por recursos con otras plantas en el área.
Otra ventaja del mantillo es que puede mejorar el atractivo estético de un paisaje, ya que le da una apariencia ordenada y limpia a las camas de jardín.
Es importante utilizar el material, la profundidad y el momento adecuados al hacer el mantillo. La capa de mantillo debe ser lo suficientemente gruesa como para ser efectiva, pero no demasiado profunda para evitar la compactación del suelo y limitar la circulación del aire. El momento juega un papel importante en el mantillo, ya que debe hacerse en el momento adecuado del año para obtener beneficios máximos. Por ejemplo, aplicar mantillo en el otoño ayuda a proteger las plantas durante los fríos meses de invierno, mientras que el mantillo en la primavera ayuda a calentar el suelo y darle al jardín un comienzo saludable.
En resumen, el mantillo es una práctica importante en el
paisajismo y es beneficioso para la salud del suelo y el crecimiento de las plantas. Ayuda a conservar la humedad, regular la temperatura, suprimir el crecimiento de malezas y agregar atractivo visual a un paisaje. Cuando se hace en el momento y con los materiales adecuados, el mantillo puede llevar a un jardín saludable y hermoso que prosperará durante años.